Los televisores inteligentes se han convertido en mucho más que una simple pantalla con altavoces y un sintonizador de TDT intergado. Son una especie de ordenador con monitor y multitud de funciones y programas que están funcionando hasta que lo apagamos.
Lo habitual es que lo hagamos desde el mando a distancia pulsando un simple botón, proceso que realmente no "apaga" el equipo, sino que lo deja en modo de espera hasta que volvemos a encenderlo. Esto tiene sus ventajas e inconvenientes, como por ejemplo un menor tiempo de reanudación puesto que se mantienen en memoria algunos procesos de la tele, aunque a costa de gastar más energía.
Modo de inicio rápido, una opción que a la larga puede dar problemas
Como vimos más a fondo en este artículo, el gasto de electricidad que realizan los aparatos electrónicos conectados permanentemente a una toma de corriente puede llegar a ser significativo y en muchos dispositivos como televisores, equipos multimedia, consolas, etc. es debido a que tienen activado por defecto un sistema de "inicio rápido", "inicio inmediato" o similar que hacen que el consumo eléctrico se dispare multiplicándose fácilmente por un factor de cinco o diez.
Está pensado para que la tele se inicie más rápido, y en efecto lo consiguen, pero tiene efectos secundarios no deseados que pueden resultar en un quebradero de cabeza para el usuario. ¿Cuáles son los más comunes? Pues principalmente que se puede producir una progresiva degradación de la velocidad de funcionamiento de las aplicaciones y aplicaciones de la tele.
Esto es debido al funcionamiento cotidiano, aplicaciones que pueden irse quedando colgadas, mal aprovechamiento de la memoria del sistema, problemas de conectividad y pequeños errores o fallos que se van acumulando y no se solucionan hasta que reiniciamos el sistema operativo del aparato como sucede con muchos equipos informáticos.
En general quizá no es algo que sea preocupante pero sí podemos llegar a notar menús que van más lentos de lo normal, aplicaciones que parecen tardar más en cargar de lo que deberían, servicios de streaming que se cuelgan y cosas similares. ¿Qué podemos hacer?
Pues una opción es que cuando empecemos a notar esta degradación reiniciemos la tele siguiendo las instrucciones de nuestro fabricante (en general bastará con apagar desde el mando y luego desconectar de la corriente unos segundos) Pero hay otra alternativa que podemos llevar a cabo: prescindir de esta función de "inicio rápido".
La mayoría de teles cuenta con esta opción escondida por alguno de sus menús y la idea es dejarla apagada para así cada vez que encendamos la tele hacer un "arranque en frío". ¿Qué es esto? Pues como comentan en la web de Samsung es un proceso diferente que apagar y volver a encender desde el modo de espera:
El arranque en frío se parece más a reiniciar un ordenador, por eso permite solucionar los pequeños errores que se pueden generar durante su uso.
¿Cómo puedo hacer estos arranques en frío? Pues en general lo más cómo es buscar la opción de inicio rápido de la tele y desconectarla para que se produzca uno de estos arranques cada vez que le demos al botón de encendido del mando.
¿No estaré ralentizando la carga del sistema? Pues sí, y es algo que notaremos a la hora de encender la tele con un tiempo de carga que será más elevado. Sin embargo, esperar unos segundos puede ahorrarnos problemas con el funcionamiento posterior de la tele y hacer que todo vaya más rápido en el día a día.
Imagen portada | Xataka
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